En este local a pie de calle de dos plantas estaba situado el Colegio de Abogados de Ourense, lugar de trabajo y reunión de todos los letrados de la ciudad. Antes de la reforma que propusimos, la antigua sede presentaba graves problemas de accesibilidad. El diseño de la fachada con celosías, además, lo encerraba y aislaba del exterior, haciéndolo poco acogedor para el visitante. Es por eso que nuestra propuesta se centró en solucionar estos dos puntos clave. Para ello propusimos un espacio más diáfano y con una relación más amable con el exterior en cuanto a accesibilidad y visibilidad.
El pavimento continuo, que sale hasta el recibidor exterior, refuerza mucho más la sensación de acogimiento, colores claros y madera de roble completan la propuesta del hall principal. Otro punto importante que debíamos potenciar era la iluminación artificial, que reforzando la ya existente, resaltaba las superficies y el mobiliario. En el hall de la planta superior la propuesta de materiales cambia radicalmente, unos grandes paneles lacados en gris oscuro integran las puertas de las diferentes estancias. El suelo continuo mantiene el vínculo con el de la planta baja, relacionado así ambos espacios.
Un gran cajón formado por dos grandes paneles lacados en gris oscuro en el salón de actos, combinado con otros de madera de teca, forman la plataforma desde la que los ponentes dan charlas o formación. Desde el suelo de este gran cajón surge, como si de una escultura se tratase, la mesa de conferencias que cierra el conjunto.
