Este proyecto consiste en la transformación completa de una vivienda de 180 m² situada en el centro de Vigo. La intervención ha priorizado la creación de un espacio funcional, adaptado a las necesidades de sus habitantes y optimizando al máximo la entrada de luz natural.
La nueva distribución apuesta por la fluidez y la conexión visual entre estancias. La zona de día se organiza en un concepto abierto, donde el salón, el comedor y la cocina dialogan sin barreras, favoreciendo la amplitud y potenciando la iluminación natural procedente de la fachada principal. Un elemento de separación liviana, compuesto por estanterías metálicas y módulos cerrados, permite diferenciar usos sin perder continuidad espacial.
El diseño interior se ha resuelto con una paleta de tonos neutros y materiales nobles. La madera en suelos y mobiliario aporta calidez, mientras que los detalles en negro mate en elementos como la cocina o la iluminación generan contraste.
La cocina, con una isla central que incorpora una mesa integrada, se concibe como un espacio versátil que favorece tanto las zonas de trabajo como el encuentro social. Las soluciones de almacenamiento han sido optimizadas para maximizar el orden y la funcionalidad.
En este proyecto, la luz ha sido un factor clave. Se ha trabajado con una combinación de luz indirecta y puntual para realzar texturas y generar ambientes envolventes. La iluminación integrada en mobiliario y elementos arquitectónicos refuerza la sensación de comodidad y estilo.
El resultado es una vivienda equilibrada, donde la estética y la funcionalidad conviven en perfecta armonía, ofreciendo una experiencia de habitabilidad renovada y acogedora.
