Este pequeño apartamento de apenas 60metros cuadrados, ubicado en el casco histórico de la ciudad, trascurre en un solo volumen, cuya distribución se articula mediante un gran volumen panelado, que nos divide la zona de día y la de noche.
El acceso trascurre por un recibido acristalado con grandes ventanales al exterior, que nutre de luz natural a la zona de cocina y salón.
La cocina ocupa una parte importante de una de las paredes de la zona de día, llegando incluso a integrar el mueble de la TV. Frente a esta pared hay otra, totalmente panelada en madera de arce cuyos paneles ocultan y albergan la iluminación indirecta.
Tras el gran armario panelado que divide ambos espacios, se sitúa el dormitorio, y el cuarto de baño. Este dormitorio, así como el baño, poseen una de sus paredes totalmente acristaladas, mostrando un jardín realizado con rocalla blanca, y plantas colgantes. Esta composición se realza mucho más gracias a la disposición de la iluminación indirecta, que baña la pared de hormigón, y las plantas desde abajo, creando una atmosfera muy agradable e íntima.
La combinación de superficies totalmente acabadas con otras mostradas al natural, generan interesantes juegos de texturas que, con la luz indirecta, potencial la riqueza visual del espacio.
Un pavimento continuo de resina gris, aplicada directamente sobre el forjado, remata este efecto, y además dota al espacio de una gran limpieza visual y mantiene la continuidad espacial.
El tratamiento de la luz directa se ha realizado mediante paneles lumínicos de LED, integrados en el techo de la zona de día, para así conseguir un reparto uniforme de luz sobre todas las superficies.
Por último, la luz indirecta remarca la volumetría y arquitectura del espacio y potencia ese efecto de las texturas que comentábamos antes.