Ubicada en una lúgubre entreplanta, esta clínica con un espacio de apenas 60 metros cuadrados -antes destinado a oficinas- estaba muy compartimento, y la luz natural solo llegaba a algunas estancias.
El proyecto que nos encargaron comprendía desde el diseño del propio espacio, hasta un rediseño de la imagen corporativa. Para la segunda actuación contamos con Plan B Estudio Gráfico, empresa con la que colaboramos habitualmente para integrar las imágenes corporativas en los espacios que realizamos. De la antigua distribución tan solo aprovechamos los antiguos aseos, además de un gran despacho que da a la fachada principal. Este último lo hemos transformado en una gran sala de diagnóstico, con una zona para tratamientos más específicos.
El resto del programa comienza en la entrada principal, donde está situado un pequeño office y uno de los aseos, separado por una celosía en carpintería de dengue está la recepción, una pequeña sala de espera, que da acceso al pasillo que distribuye los distintos boxes. Este pasillo tiene un tabique en vidrio, con un vinilo traslúcido, que mantiene la privacidad de los boxes y a la vez deja pasar la luz que se recoge desde la fachada. El diseño para este vinilo impreso crea un efecto espacial bastante interesante, que alivia la estrechez obligada del pasillo.
En cuanto a los boxes que dan a la fachada, están divididos por un gran armario que da servicio a los dos. Para este proyecto, los materiales se reducen al lacado blanco, la madera de wengue, algunos tabiques en grises oscuros que hacen del centro un espacio acogedor, íntimo y relajante. El vinilo impreso le aporta la imagen identificativa del centro.