Esta pequeña tienda en el centro de la ciudad desarrolla su actividad en poco más de 35 metros cuadrados. Si bien es cierto que el diseño del mobiliario seguía la línea del que anteriormente había sido proyectado por este estudio, su integración en el espacio resultaba especialmente interesante ya que estábamos obsesionados por que el espacio a pesar de ser tan reducido, tenía que cumplir con las premisas de exponer el máximo producto posible, y a su vez hacerlo de una manera organizada y clara, con circulaciones holgadas, y bien definidas.
Para esto generamos una circulación perimetral en donde las diferentes tipologías de mobiliario trascurren a lo largo de las paredes laterales, y que gira en torno a una isla en el centro de la tienda, que nos sirve de expositor de ventas personalizado y almacenaje.
La iluminación general se dejó en un segundo plano, utilizándola solo para relleno lumínico del espacio, para así conceder más protagonismo, a la iluminación indirecta de los expositores, resaltando así el producto. Que además de reforzó con downlights orientables en techo.
En cuanto a la paleta de materiales, podemos decir que es bastante limitada, dado el reducido espacio, y que resolvimos sobre la base de un microcemento ocre con textura en suelo y pared, para resaltar el panelado de wengue por un lado. Y difuminamos la otra pared lateral y techo con un gris oscuro, que visualmente divide el espacio en dos, ganado en perspectiva y profundidad visual.
La continuidad de textura de suelo y paredes, hace que se integre mejor el mobiliario, este suelo continuo, sigue hacia el exterior, dejando los escaparates a ambos lados.
Estos escaparates contienen los expositores auto iluminados, que también poseía la anterior tienda.